¿Qué pasa el día de la operación?

La operación de amígdalas es segura, rápida y fácil. La mayoría de los pacientes se van a su casa el mismo día de la operación, no necesitan pasar la noche en el hospital. En el hospital, un enfermero te pedirá que te quites la ropa y te pongas las del hospital. Te tomarán la temperatura y la presión sanguínea. Te pondrán una pomada en el brazo o en la mano que “adormece” o insensibiliza la piel. Quizás también te den una medicina para que te relajes. Puede que te marees un poco y te sientas un poco raro. También te darán medicina para que no sientas demasiadas molestias después de la operación. Una vez terminados los preparativos te acostarás en una cama especial.

Anestesia

Cuando sea el momento de entrar a la sala de operaciones tus padres estarán contigo. En la sala de operaciones todos llevan las mismas ropas y gorros especiales. Es muy gracioso verlos. En la sala de operaciones hay muchos aparatos diferentes, pantallas, tubos, luces y otros equipos. Parece una nave espacial. ¡Muy guay! Los doctores y enfermeras usan todos estos equipos para asegurarse que duermas sano y salvo y que pueden operar las amígdalas sin que sientas nada.

Un enfermero o doctor pondrá un tubo de plástico o “tubo para dormir” en tu brazo cuando te hayan aplicado la pomada. Sirve para darte una medicina para dormir y medicina para que no sientas ningún dolor. A veces, algunos pacientes también tienen que respirar un gas especial con una máscara. ¡Es como una máscara espacial!

El día de la operación

Estarás dormido durante toda la operación. Durante la operación, los equipos controlan todo lo que pasa. Doctores y enfermeros controlan tu respiración, tu corazón, tu presión sanguínea y la cantidad de oxígeno en la sangre.

El doctor usa un instrumento que mantiene tu boca abierta y que presiona la lengua hacia abajo para poder operar las amígdalas. En total, la operación no lleva más de una hora, pero tú ni te darás cuenta porque estarás durmiendo.

Al despertar

Después de la operación te llevarán a la sala de recuperación. Descansarás allí después de despertarte, cuando pase el efecto de las medicinas que te dieron para dormir. Tus padres estarán contigo en la sala de recuperación.

Al comenzar a despertarte, sentirás cansancio y quizás aún estés un poco mareado por la medicina para dormir. También puede ser que sientas “algo” en la garganta y que te duela un poco. Puede ser que sientas la lengua rara, pero esto se te pasará muy rápido. A veces uno siente náuseas. Te darán medicinas para que te sientas mejor y para aliviar las molestias.

En cuanto estés completamente despierto te ofrecerán algo para comer y beber (¡por ejemplo, un helado!)

La mayoría de los niños se pueden ir a casa a las pocas horas. Si eres muy pequeño, tienes mucho sueño, o por alguna otra razón, el doctor puede decidir que pases la noche en el hospital. Esto es para que el doctor y los enfermeros puedan asegurarse que estés bien. Uno de tus padres se puede quedar contigo en el hospital.